En Daniel Sonido queremos demostrar que es posible mejorar el sonido de cualquier equipo de Alta Fidelidad sin tocar su configuración de base. ¿Cómo? Respetando la jerarquía de la Alta Fidelidad, evitando la influencia de vibraciones y parásitos o ubicando correctamente las cajas acústicas. A continuación daremos 5 trucos infalibles con los que mejorar definitivamente nuestro equipo de audio.
1. Disponer de un mueble específico para Equipos de Audio.
Será importante evitar todo tipo de vibraciones y resonancias que se puedan producir por objetos o elementos que tengamos dentro de la sala.
Empezaremos por el mueble donde tengamos ubicado nuestro equipo de sonido. Lo ideal sería disponer de un mueble específico para Equipos de Audio. En caso de no ser así, la segunda opción sería colocar bases de desacoplo entre cada elemento del sistema de reproducción (lector, previo, amplificador), y la mesa donde se apoye. Para ello podemos usar las bases específicas que proponen los fabricantes, o bien otra solución más económica como son los silentblocks de suelo.
2. La ubicación de las cajas acústicas.
El objetivo de un sistema de sonido de Alta Fidelidad es reproducir el mismo sonido y escena sonora que percibimos en directo. Por este motivo hay que colocar el equipo de sonido de tal modo que nos permita percibir la escena sonora con la mayor espacialidad posible. Para ello, usaremos la regla básica del triángulo. Donde los altavoces se ubicarán en dos de los vértices de un triángulo equilátero, y el punto de escucha en el vértice restante (+/- 1 metro adelante o atrás).
3. Que las distancias sean idénticas.
Este truco quizás te parezca evidente, pero te aseguro que pocos equipos lo cumplen. Las dos cajas acústicas de un equipo estéreo deben estar a la misma distancia del punto principal de escucha. No te fíes de hacerlo a ojo: coge una cinta métrica (o una cuerda) y fíjate dónde sueles sentarte. Tira hasta una caja, midiendo a la altura del tweeter (altavoz de agudos), y luego la otra. Deben estar idénticas, y cuando decimos idénticas es que una diferencia de menos de un centímetro ¡se nota!
4. Configura el amplificador.
Casi cualquier amplificador estéreo (nuevo o antiguo) permite algunos ajustes. Con los altavoces bien colocados, el “balance” debe estar centrado o desconectado. Y de entrada los controles de tono (“graves” y “agudos”) también centrados. Activa el modo “pure direct” o similar, si lo tienes. Así escucharás la señal de la fuente sin cambios… es decir, sin más cambios que los que las cajas y tu sala hagan. Si pese a colocarlos espaciados tus altavoces tienden a sonar con demasiado grave (resonancias) por ejemplo, si será bueno bajar algo ese control para evitarlo.
5. ¡Altavoces a la altura del oído!
Todos los fabricantes de altavoces los diseñan de forma que emitan las frecuencias de una forma lineal en su eje. Es decir, mirándolos de frente, a la altura del altavoz de agudos o en el punto intermedio entre ése (tweeter) y el woofer o midwoofer. Lo hacen así para que los coloquemos a una altura que coincida con la de nuestras orejas cuando los escuchemos. Y normalmente dirigidos hacia nosotros (no los pongas «paralelos»).